El Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos registró un crecimiento real del 3% entre abril y junio de 2025, superando la estimación de 2.3% prevista por analistas. Este repunte económico revierte la caída del 0.5% del primer trimestre y representa un signo alentador en medio de tensiones comerciales.
Este avance se da pese al contexto de aranceles impulsados por la administración Trump, y pone en evidencia la resiliencia del mercado interno, particularmente del consumidor estadounidense.
Consumo interno, el motor clave de la recuperación
El gasto del consumidor —un componente esencial del PIB— aumentó un 1.4% en el segundo trimestre, frente al 0.5% del primer trimestre. Este repunte es un mensaje claro: el mercado sigue en movimiento y los consumidores continúan comprando, incluso en medio de la incertidumbre económica.
Este dato es especialmente alentador para pequeñas empresas y emprendedores latinos, ya que confirma que aún existen oportunidades de crecimiento para quienes sepan conectar con las nuevas necesidades del consumidor post-pandemia y post-aranceles.
Impacto de la balanza comercial en el PIB
Aunque las exportaciones disminuyeron un 1.8%, el gran giro provino del descenso de las importaciones en un 30.3%, tras haber aumentado 37.9% en el primer trimestre. Esta caída tuvo un efecto positivo en el cálculo final del PIB, ya que menos importaciones implican un mayor aporte neto de la producción nacional al crecimiento económico.
Esta situación puede representar una ventana estratégica para los emprendedores latinos en EE.UU. que buscan producir o distribuir bienes locales con menor competencia extranjera.
Inflación controlada, pero aún persistente
El índice de precios del gasto en consumo personal (PCE) —indicador clave de inflación para la Reserva Federal— creció un 2.1%, ligeramente por encima del objetivo del 2%. Sin embargo, representa una desaceleración respecto al 3.7% del trimestre anterior.
La inflación subyacente (sin alimentos ni energía) se situó en 2.5%, lo cual indica que, aunque persisten presiones, la tendencia es hacia la moderación. Esto abre la posibilidad de mejores condiciones financieras a futuro, como posibles recortes de tasas de interés.
La Reserva Federal bajo presión
Tras el informe, el expresidente Donald Trump exigió una bajada inmediata de las tasas de interés, argumentando que una política monetaria más laxa incentivaría el refinanciamiento de viviendas y mayor consumo.
Aunque la Fed no ha movido su tasa clave del rango 4.25%-4.5% desde diciembre, el crecimiento económico inesperado podría modificar el rumbo de la política monetaria y beneficiar a los pequeños negocios con financiamiento más accesible.
Señales mixtas en la inversión y la demanda privada
No todo fue positivo: la inversión residencial cayó un 4.6%, afectada por las altas tasas hipotecarias. Además, las ventas finales a compradores privados nacionales —una medida clave de la demanda real— crecieron solo un 1.2%, su nivel más bajo desde 2022.
Este dato es una llamada de atención para emprendedores, que deben prepararse para posibles cambios en el comportamiento del consumidor durante el segundo semestre.
Lo que significa este crecimiento para los emprendedores latinos
- Hay mercado, pero también retos. La economía crece, pero el consumidor sigue cauteloso. Entender las nuevas prioridades del cliente será clave.
- Menos importaciones pueden significar más oportunidades locales. Los negocios que ofrezcan alternativas a productos extranjeros pueden ganar terreno.
- La inflación baja, pero no desaparece. Los ajustes de precios deben mantenerse prudentes para no perder competitividad.
- Financiamiento aún costoso, pero con posible alivio a corto plazo. Una eventual baja en tasas puede abrir puertas para expansión o reestructuración de deuda.
Vía CNBC


