Hoy quiero compartir con ustedes algo que me ha hecho reflexionar profundamente. ¿Cuánto dinero estarías dispuesto a tirar a la basura con tal de convertirte en millonario? Seguramente, la respuesta es ninguno. Sin embargo, existe un impuesto voluntario al que muchos hispanos caen sin darse cuenta, un impuesto que nos impide alcanzar la verdadera libertad financiera. Estoy hablando de la lotería.
Desde que era niño, recuerdo cómo mi papá solía comprar boletos de lotería cada quincena. Aunque era económicamente estable, siempre tenía la esperanza de ganar el premio mayor. Recuerdo cómo me daba uno o dos dólares cuando ganaba algo, y yo me sentía feliz. Pero ahora entiendo que la lotería es un impuesto involuntario hacia los más pobres.
Es triste darse cuenta de que las campañas publicitarias de la lotería están dirigidas principalmente a las familias hispanas, afroamericanas y a los barrios menos privilegiados. Si caminas por el centro de Los Ángeles o por el este de la ciudad, verás anuncios de Mega Millions y otros juegos de azar en cada esquina. Sin embargo, si vas a zonas como Malibú, Pacific Palisades o Beverly Hills, apenas encontrarás publicidad de la lotería. Nos venden la ilusión de hacernos ricos, pero solo hay una persona que gana, y no somos nosotros.
No solo en California ocurre esto, en otros estados como Massachusetts y Nueva York también se gasta una gran cantidad de dinero en loterías. En Massachusetts, la población gasta un promedio de $805 en loterías, mientras que en Nueva York se gasta un promedio de $455 por persona. ¿Te imaginas si ese dinero se invirtiera en un plan de retiro, en la bolsa de valores o en un fondo de emergencia? La situación sería completamente diferente.
El gobierno respalda esta forma de impuesto involuntario, ya que las loterías generan grandes ingresos para el Estado. Pero nosotros, como hispanos, como personas que buscan mejorar su situación financiera, no podemos permitir que nos engañen con estas fantasías. Tenemos que tomar el control de nuestras finanzas y convertir nuestros sueños en realidad.
Entonces, ¿cómo podemos evitar este impuesto del pobre? Primero, debemos dominar nuestra situación financiera actual. Tenemos que saber cuánto dinero entra y sale de nuestras casas, y no podemos permitirnos estar en números rojos cada mes. A veces, esto implica hacer recortes en nuestros gastos y tomar decisiones financieras más inteligentes.
En segundo lugar, debemos programar nuestro GPS financiero. Necesitamos tener metas claras y definidas para el futuro. ¿Qué queremos lograr en el año 2024? No podemos vivir solo en el presente, esperando un milagro que nos haga ricos de la noche a la mañana. Tenemos que visualizar nuestro objetivo y trabajar hacia él.
Y por último, pero no menos importante, necesitamos tener un mentor, alguien que nos guíe en nuestro camino hacia la libertad financiera. No podemos seguir persiguiendo fantasías y siguiendo a influencers en las redes sociales. Necesitamos referentes reales, personas que hayan logrado el éxito financiero y que puedan enseñarnos cómo hacerlo.
En resumen, no podemos permitir que nos engañen con las fantasías de la lotería y otros juegos de azar. Tenemos que tomar el control de nuestras finanzas, dominar nuestra situación actual, programar nuestro GPS financiero y buscar mentores que nos guíen en nuestro camino hacia la libertad financiera.
Recuerda, pequeños pasos pueden llevarnos a grandes avances si les tenemos fe. No te conformes con vivir en la fantasía, convierte tus sueños en realidad. ¡Tú puedes lograrlo!


