Del Monte Foods, una de las marcas más emblemáticas de alimentos enlatados en Estados Unidos, se acogió voluntariamente al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. La empresa, fundada en 1886, busca vender todos sus activos en un proceso supervisado por la corte federal.
La histórica compañía es conocida por productos clásicos como los caldos College Inn, tomates enlatados Contadina y su icónica marca Del Monte. El objetivo, según su CEO Greg Longstreet, es acelerar una reestructuración que le permita volver a ser rentable y sostenible a largo plazo.
Nueva financiación y continuidad operativa
A pesar del anuncio, Del Monte aseguró que seguirá operando normalmente durante el proceso, respaldada por una nueva financiación de 912.5 millones de dólares. Esta línea de crédito le permitirá mantenerse a flote mientras atraviesa la temporada alta de enlatado.
Según los documentos judiciales, la empresa registra pasivos de entre 1,000 y 10,000 millones de dólares, reflejando el peso de su estructura financiera frente a los desafíos actuales del mercado.
Un entorno económico en contra
El principal argumento de la empresa para su bancarrota es el impacto de un entorno macroeconómico volátil, marcado por la caída en el consumo, el auge de las marcas propias y el cambio en las preferencias de los clientes, que hoy priorizan alimentos más frescos y saludables.
Del Monte, históricamente vinculada a productos con conservadores y larga vida útil, ha tenido que aumentar el gasto en promociones para reducir inventarios acumulados y liberar espacio en almacenes, generando mayores pérdidas operativas.
Cambios en el consumidor, oportunidades para emprendedores
Esta situación evidencia una transformación profunda en el sector alimentario. Las nuevas generaciones están impulsando una transición hacia opciones más naturales, locales y sostenibles, abriendo espacio a pequeñas marcas que apuestan por la calidad, transparencia y frescura.
Para emprendedores y pequeños productores, este momento representa una oportunidad para posicionarse con productos alineados a los valores actuales del consumidor, como envases ecoamigables, ingredientes limpios y propuestas honestas.
Una marca legendaria en venta
Con 138 años de historia, Del Monte fue pionera de la industria conservera, estableciendo en 1909 la que fue considerada la mayor planta de frutas y vegetales del mundo. Su caída refleja la necesidad de adaptarse a un nuevo paradigma de consumo, donde la tradición no basta sin innovación.
El futuro de la marca dependerá de quién adquiera sus activos y cómo logre reconectar con el consumidor moderno. Aún no se ha confirmado quién podría adquirir Del Monte, pero el interés por marcas con legado y reconocimiento podría generar competencia en el proceso de compra.
Del Monte no es solo una historia de bancarrota. Es también un símbolo de la urgencia de reinventarse en industrias que cambian rápidamente. Para quienes tienen un pequeño negocio, este caso recuerda que escuchar al cliente, adaptarse y evolucionar es clave para la permanencia.
Los emprendedores del sector alimentario que entiendan estas señales y actúen con visión, creatividad y agilidad pueden ser los próximos referentes de una nueva generación de marcas.
Vía CNN


