Los vendedores externos son la columna vertebral del negocio de Amazon, representando más del 60% de las ventas totales en su plataforma de comercio electrónico. Pero a medida que la compañía busca obtener más control sobre su cadena de suministro, está introduciendo nuevas tarifas controvertidas que están generando tensión.
Cuándo comenzaron las nuevas tarifas
Este 2023, Amazon implementó dos nuevas tarifas para los vendedores externos que utilizan su red de almacenes y logística para almacenar y enviar inventario. Estas incluyen:
- Tarifas de colocación entrante que van desde $0.21 a $0.68 por unidad, dependiendo de la época del año.
- Tarifas de inventario bajas para vendedores que no mantienen al menos 4 semanas de inventario en stock.
Dónde impactan las tarifas a los vendedores
Estas tarifas afectan a los vendedores externos que utilizan el almacenamiento de Amazon (FBA) en vez de gestionar su propio almacenamiento y envíos.
Los vendedores que distribuyen su inventario en múltiples almacenes de Amazon en vez de uno solo enfrentan tarifas de colocación entrante más altas.
Y los que no mantienen suficiente inventario enfrentan tarifas adicionales.
Por qué los vendedores están frustrados
Muchos de los mejores vendedores de Amazon consideran que estas tarifas son excesivas y la estructura demasiado compleja.
Algunos creen que es una estrategia de Amazon para obtener más control sobre la gestión de inventario de los vendedores externos.
A los vendedores les preocupa tener que aumentar los precios para que los clientes mantengan sus márgenes de ganancia.
Para qué sirven estas tarifas según Amazon
Amazon afirma que estas tarifas incentivan a los vendedores a mantener inventario en múltiples ubicaciones, lo que permite envíos más rápidos y baratos.
También desalienta tener muy poco o demasiado inventario almacenado, lo que optimiza los costos de almacenamiento.
La creciente tensión entre Amazon y los vendedores
En general, los vendedores externos se sienten presionados por el constante aumento de tarifas a lo largo de los años.
Amazon depende en gran medida de estos vendedores para aumentar sus ingresos y se queda con alrededor del 50% de comisión sobre las ventas.
Pero la opacidad de Amazon sobre la rentabilidad de los vendedores está generando desconfianza.
La compañía quiere una mayor integración operativa con los vendedores, mientras que los vendedores desean mantener cierta independencia.
Este último movimiento se siente como un juego de poder que obliga a los vendedores a actuar. El resultado puede ser precios más altos, a menos que los vendedores acepten márgenes más bajos.



