La incertidumbre comercial generada por los nuevos aranceles impuestos por Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump está impulsando una transformación profunda en la industria manufacturera de México. Empresas nacionales y extranjeras con operaciones en el país están rediseñando sus cadenas de suministro para dejar de depender de China y alinearse más estrechamente con los lineamientos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Este cambio de enfoque ha sido adoptado como una respuesta estratégica para proteger sus exportaciones al mercado estadounidense, especialmente aquellas instalaciones ubicadas en estados fronterizos como Nuevo León, donde la cercanía geográfica con Texas les permite reaccionar con agilidad.
Crece la producción regional para proteger exportaciones clave
Una de las industrias más expuestas es la de refrigeración y climatización. La fábrica de Danfoss en Apodaca —que envía el 80% de su producción a EE.UU.— logró reestructurar su operación para que prácticamente el total de sus productos cumpla con el T-MEC, utilizando materiales originarios de Norteamérica.
Este tipo de adaptación no es aislada. De acuerdo con datos de la Secretaría de Economía de México, el 87% de las exportaciones mexicanas a EE.UU. ya están libres de aranceles, gracias a estrategias de relocalización de proveedores y certificación de origen regional.
Empresas dejan atrás insumos chinos y apuestan por el contenido local
El creciente costo y riesgo de importar insumos de Asia ha obligado a muchos fabricantes a abandonar proveedores chinos y buscar alternativas locales. Esto incluye desde componentes electrónicos hasta materias primas básicas.
Casos como el de una planta en Monterrey que reemplazó a un proveedor chino por uno mexicano para evitar futuros castigos comerciales reflejan un cambio de mentalidad: “hazlo norteamericano”. La frase, repetida por líderes industriales en Nuevo León, resume una tendencia que prioriza la producción regional como estrategia de supervivencia y crecimiento.
La guerra comercial global reconfigura el comercio latinoamericano
México no está solo en esta encrucijada. Países como Brasil y Colombia han intensificado sus lazos con China, mientras que México ha optado por profundizar su alineación con Estados Unidos. Esta decisión, aunque difícil, podría traducirse en beneficios sostenibles si se aprovechan correctamente las oportunidades del nearshoring y el T-MEC.
Según cálculos del gobierno mexicano, si Norteamérica logra fabricar internamente el 10% de lo que hoy importa desde China, el PIB de México podría crecer hasta 1.2% adicional, una cifra relevante para un país con fuerte vocación exportadora.
Plan México: apuesta por la sustitución de importaciones
La presidenta Claudia Sheinbaum ha lanzado el Plan México, una iniciativa para revitalizar la industria local, reducir el déficit comercial con países sin tratados vigentes y fortalecer la autosuficiencia productiva. Esto incluye un fuerte impulso a sectores como el automotriz, electrónico e industrial.
El objetivo es claro: que las empresas no solo instalen plantas en México, sino que también compren, fabriquen y desarrollen talento localmente, para consolidar un ecosistema más resiliente y menos vulnerable a los vaivenes políticos globales.
Oportunidades para las pequeñas y medianas empresas mexicanas
Este rediseño de las cadenas productivas abre una gran oportunidad para las pymes mexicanas que puedan convertirse en proveedoras confiables para grandes ensambladoras y fabricantes que buscan sustituir insumos asiáticos.
Con el soporte gubernamental, la cercanía con EE.UU. y la ventaja del T-MEC, México tiene la posibilidad de reposicionarse como el taller de Norteamérica, siempre que se logre integrar innovación, calidad y eficiencia en los procesos locales.
Para los emprendedores y dueños de pequeñas empresas, este contexto puede parecer incierto, pero también es el momento ideal para tomar decisiones estratégicas: explorar nuevos clientes, convertirse en proveedor industrial, invertir en capacitación técnica o colaborar en clusters regionales.
La clave estará en comprender que el comercio internacional está cambiando, y quienes se adapten rápido no solo sobrevivirán, sino que podrán prosperar en un nuevo mapa global donde lo local cobra fuerza frente a lo lejano.



