Skechers, la tercera mayor empresa de calzado a nivel mundial, ha llegado a un acuerdo para ser adquirida por la firma de inversión 3G Capital en una transacción valorada en 9,400 millones de dólares, según anunciaron ambas compañías.
El acuerdo representa un importante movimiento en la industria del calzado deportivo, especialmente considerando el actual clima de incertidumbre comercial.
La operación contempla un pago de 63 dólares por cada acción en circulación de Skechers, lo que supone una prima cercana al 25% sobre el valor de cierre previo.
Esta noticia provocó un inmediato repunte en las acciones de la compañía, que subieron casi un 25% al inicio de las operaciones bursátiles del lunes, aunque cabe destacar que las acciones habían experimentado una caída del 8% en lo que va del año.
¿Cómo se llevará a cabo la adquisición?
Según el comunicado conjunto emitido por ambas empresas, la transacción convertirá a Skechers en una compañía privada una vez que se complete el acuerdo, previsto para finales de este año. Un aspecto destacable es que Robert Greenberg, actual CEO de Skechers, permanecerá en su cargo y continuará supervisando la estrategia corporativa de la empresa.
Una fuente cercana a la negociación reveló a CNBC que el interés de 3G Capital por adquirir Skechers no es reciente, sino que la firma inversora ha expresado su intención de comprar la compañía durante varios años.
Además, la misma fuente aclaró que, a pesar de las recientes advertencias sobre el impacto de los aranceles propuestos por Trump, el entorno comercial no fue un factor determinante en la decisión de venta.
¿Cuándo y dónde se gestó esta operación?
La adquisición fue anunciada oficialmente este lunes, aunque las conversaciones entre ambas empresas habrían comenzado hace tiempo. La sede central de Skechers en Manhattan Beach, California, será presumiblemente el centro de operaciones desde donde se gestionará la transición hacia una empresa privada bajo el paraguas de 3G Capital.
El acuerdo llega apenas días después de que Skechers, junto con otras 75 marcas de calzado, firmara una carta dirigida al expresidente y candidato Donald Trump, expresando su preocupación por las políticas arancelarias propuestas.
¿Por qué vende Skechers en este momento?
Aunque la compañía no ha citado explícitamente los aranceles como motivo de la venta, el contexto es significativo. Skechers depende en gran medida de la fabricación en Vietnam y China, países que enfrentarían aranceles del 46% y 145% respectivamente bajo las políticas comerciales propuestas por Trump.
Esta dependencia de la manufactura asiática coloca a la empresa en una posición vulnerable ante cambios drásticos en la política comercial estadounidense.
En abril, Skechers ya había retirado sus previsiones financieras para todo el año citando la «incertidumbre macroeconómica derivada de las políticas comerciales globales». John Vandemore, director financiero de la compañía, llegó incluso a comparar el actual entorno económico con el vivido durante la pandemia, sugiriendo que la empresa estaba buscando formas de mitigar el impacto de posibles aranceles.
¿Para qué sirve esta adquisición a ambas partes?
Para 3G Capital, la adquisición representa una oportunidad estratégica para incorporar a su cartera una marca global con fuerte presencia internacional. Según fuentes cercanas a la operación, la firma de inversión considera que Skechers tiene perspectivas atractivas a largo plazo y está bien posicionada para el crecimiento, especialmente considerando que aproximadamente dos tercios del negocio de la compañía se encuentran fuera de Estados Unidos.
Para Skechers, convertirse en una empresa privada podría proporcionar mayor flexibilidad para adaptarse a un entorno comercial cambiante sin la presión constante de los informes trimestrales y las expectativas de Wall Street. Esta transformación podría permitir a la compañía implementar estrategias a más largo plazo para enfrentar los desafíos del mercado global.
La industria del calzado frente a la «amenaza existencial» de los aranceles
El contexto de esta adquisición no puede entenderse sin considerar la reciente advertencia colectiva de la industria del calzado. El 29 de abril, la asociación Distribuidores y Minoristas de Calzado de Estados Unidos (FDRA, por sus siglas en inglés), que representa a 76 marcas incluyendo Nike, Adidas, Skechers y Under Armour, envió una carta a Trump calificando sus propuestos aranceles como una «amenaza existencial» para la industria.
En dicha carta, las empresas argumentaron que los aranceles pondrían en riesgo decenas de miles de empleos y advertían que el inventario nacional de calzado «podría agotarse pronto». También señalaron que las familias de clase media y baja serían las más afectadas por el inevitable aumento de precios.
Según la Asociación Estadounidense de Ropa y Calzado, aproximadamente el 97% de la ropa y el calzado que se venden en Estados Unidos son importados y estarían sujetos a los aranceles propuestos por Trump.
Diversos analistas coinciden en que los precios de muchos bienes comunes aumentarán como consecuencia de estos gravámenes, ya que las empresas deberán trasladar los mayores costos a los consumidores.
El futuro de Skechers bajo nueva propiedad
A pesar de los desafíos del entorno comercial, 3G Capital parece confiar en el potencial de crecimiento de Skechers. La firma de inversión, conocida por sus adquisiciones estratégicas en diversas industrias, probablemente buscará optimizar operaciones mientras mantiene la identidad de marca que ha permitido a Skechers posicionarse como la tercera empresa de calzado más grande del mundo.
El mantenimiento de Robert Greenberg como CEO sugiere una estrategia de continuidad en la dirección de la empresa, aprovechando su experiencia y conocimiento del mercado para navegar en un entorno comercial cada vez más complejo.
Esta adquisición marca un nuevo capítulo en la historia de Skechers, que salió a bolsa en 1999 y ahora regresará a manos privadas tras más de dos décadas como empresa cotizada, justo cuando la industria del calzado enfrenta uno de sus mayores desafíos en términos de política comercial.
Vía Forbes



