Una ola de ternura y nostalgia está barriendo el mercado de juguetes en México, y sus protagonistas no son precisamente los niños. Ternurines, Labubus y Monchhichis se han convertido en los reyes del floreciente mercado «kidult» (adultos que compran juguetes), alimentando un negocio millonario de peluches y figuras coleccionables.
Este fenómeno, impulsado por la cultura pop, las redes sociales y una profunda búsqueda de confort emocional, ha llevado a millas de adultos a invertir en estas adorables piezas, generando un auge en el mercado informal ante la limitada oferta en puntos de venta tradicionales. Es una señal de que la conexión con la infancia y la nostalgia son fuerzas poderosas que moldean las tendencias de consumo.
¿Cómo estos juguetes se convierten en fenómenos de olección?
Estos juguetes han alcanzado tal notoriedad es una mezcla de viralidad, exclusividad y una narrativa emocional:
- Influencia de Redes Sociales y Celebridades: Los Labubus , por ejemplo, saltaron a la fama mundial después de que Lisa de Blackpink los mostrara en Instagram en abril de 2024. En México, influencers y coleccionistas en redes sociales han sido el motor de su popularidad.
- El Misterio de las «Cajas Sorpresa»: Pop Mart , la compañía china detrás de los Labubus («The Monsters»), popularizó el concepto de las «cajas sorpresa» donde el contenido se revela solo después de la compra, añadiendo un elemento de emoción y exclusividad al coleccionismo.
- Nostalgia y Conexión Emocional: Marcas como los Ternurines (Sylvanian Family), que existen desde los años 80, y los Monchhichis (creados en 1974), apelan a la nostalgia de los millennials y generaciones anteriores. Su éxito se basa en que «cuentan una historia» y ofrecen un «resurgimiento de la ternura», según Carmen Molina de De La Riva Group.
- Exclusividad y Producción Limitada: La baja producción y las colecciones limitadas de muchas de estas figuras aumentan su atractivo, convirtiéndolas en «productos exclusivos» que potencian el fanatismo.
El resultado es un negocio millonario : el mercado de juguetes coleccionables en México (que no solo considera juguetes) se estima en 4,557.1 millones de dólares para este año, con proyecciones de alcanzar 6,352.8 millones para 2030. A nivel mundial, solo el mercado de juguetes coleccionables cerró 2023 con 12,500 millones de dólares, y se proyecta que llegará a 20,300 millones en 2032.
El auge del mercado de juguetes coleccionables
La fiebre por los Labubus en México comenzó a gestarse a mediados de 2023 , aunque el furor realmente explotó después del impulso de Blackpink en abril de 2024. Los Ternurines ganaron notoriedad a principios de 2024, abriendo la puerta a otras colecciones populares de los 90, como los Monchhichis y figuras de Hello Kitty.
Se compran estas figuras es clave: ante la escasa oferta en jugueterías y tiendas tradicionales, el mercado secundario ha florecido. El tianguis de juguetes de Balderas, en la Ciudad de México, se ha convertido en un epicentro para coleccionistas como Carolina Aguilar, quien tiene más de 22 Labubus.
Este mercado sobre ruedas, que se instala los sábados y domingos, ofrece variedad y la posibilidad de encontrar piezas exclusivas. Las redes sociales también son un canal vital, aunque con riesgos de imitaciones. Si bien cadenas como Log-On y Liverpool han comenzado a comercializarlos, la oferta sigue siendo reducida, lo que impulsa a los coleccionistas a buscar en estos canales alternativos.
El tianguis de Balderas, por ejemplo, se ha adaptado su oferta, pasando de un 90% de Ternurines hace seis meses a una diversidad que incluye a Labubus, Monchhichis, Hello Kitty, Pokémon y Hot Wheels.
Adultos buscan refugio en la ternura
LabubusEsta tendencia va más allá del simple consumo: es una búsqueda de confort emocional y un refugio ante la incertidumbre de la adultez . Este fenómeno se explica por:
- Contención Emocional: Como explica Carmen Molina, este auge es una «necesidad de contención ante un futuro súper incierto». Los juguetes ofrecen un escape y un acompañamiento en el día a día.
- Nostalgia y Reconexión con la Infancia: Para millennials y otras generaciones, estos juguetes son un «regreso al pasado», una forma de adquirir los objetos deseados en la infancia que ahora sí pueden comprar. No se trata de volver a ser niños, sino de integrar la ternura y el humor en la vida adulta.
- Narrativa y Humor en Redes Sociales: La creación de «metalenguajes» y narrativas alrededor de estas figuras, especialmente en plataformas como TikTok, permite abordar temas diversos desde una perspectiva más ligera y humorística.
- Inversión Potencial: Para coleccionistas como Caro Aguilar, estos juguetes no solo son un pasatiempo, sino que, si se mantienen en perfecto estado y en sus cajas, pueden «alcanzar un valor mucho más alto» con el tiempo.
El auge de estas figuras coleccionables es un claro ejemplo de cómo el mercado responde a las necesidades emocionales de los consumidores, ofreciendo un oasis de ternura en un mundo complejo. Es una oportunidad para que las marcas exploren la conexión profunda entre la nostalgia, el bienestar y el consumo.
Fuentes: Expansión, Pop Mart, DataIntelo, De La Riva Group



